En el año 2008 pegó una de las peores crisis mundiales que han existido en la historia, esta debacle financiera se originó en los cuarteles de Wall Street y gracias a ese tema se han originado múltiples documentales y películas que han analizado y diseccionado los orígenes del problema, las consecuencias y a sus participantes (recomiendo puntualmente el documental “Inside Job” narrado por Matt Damon).
Jamás iba a pensar que existiría una cinta que analizaría estos temas pero visto desde el lado del crimen organizado, como muchos saben, la mafia de Nueva York (esa que es retratada magistralmente en “Goodfellas” ó la serie de “Los Sopranos”) es una organización casi perfecta, con un mapa jerárquico envidiable y sobre todo, con un flujo económico estable y muy jugoso, pero que pasa con estas personas cuando pega una crisis que asola a toda una nación, pues lo que sería lógico; los mafiosos también sufren por la crisis.
Basada en la novela “Cogan´s Trade” de George V. Higgins este film producido por el mismo Brad Pitt, representa una versión pocas veces vista en el cine de mafia, ya que sus personajes lejos de mostrar la opulencia y buenos tiempos que suelen pasar, nos muestra la otra cara; la del hastió, la de la nostalgia, la de la impunidad y la impotencia, hace de los mafiosos seres de carne y hueso, cercanos a los simples mortales que pululamos en la tierra, los hace más humanos, aunque sus practicas ilegales y amorales sigan ahí.
La anterior película del director Andrew Domink fue “El Asesinato de Jesse James” por lo que esta es la segunda vez que trabaja con Brad Pitt y muestra a una de las mejores parejas director-actor, cuando menos para quien esto escribe, que existen en Hollywood. El ritmo que este director usa es pausado y taciturno, pero no por eso aburrido, si en su anterior cinta le daba gran peso a las imágenes y a la introspección de los personajes en silencio, en esta ocasión opta por dotarla y alternar discursos políticos de George W. Bush y Barak Obama, construyendo un claro mazazo a la política americana y construir una concisa metáfora sobre la crisis que se originó en el vecino país.
Tal vez por esta sincera crítica este filme fue un tanto boicoteado en los Estados Unidos, pues da un claro culpable de la crisis y los problemas que aqueja aquel país; sus mismos habitantes, pues como bien lo dice el personaje de Pitt; “La culpa de todo esto, es de los mismos americanos, por que en Estados Unidos cada quien esta por su lado”.
En cuanto a la dirección pues otro tanto; muy bien ejecutada, con algunas secuencias en cámara lenta muy vistosas y extraordinarias, un ensamble de actores perfecto, tal vez lo único que podría achacársele es el ritmo un tanto lento que tiene, aunque los discursos políticos que se alternan pueden darle realce si se les pone la atención adecuada.
En conclusión, esta es una cinta potente, con un mensaje duro y claro, actuaciones a la medida, y es la típica película que esconde algo más de lo que aparenta a primera vista, por que en el fondo es más profunda de lo que una simple historia de criminales podría significar, ojo, es más bien una historia sobre política y crisis, disfrazada de Thriller de mafiosos.
Titulo Oiginal: Killing Them Softly
Director: Andrew Dominik
Actores: Brad Pitt, James Gandolfini, Richard Jenkins, Ray Liotta, Ben Mendelsohn, Scoot McNairy
Calificación: 8.5
En 2 Palabras: Profunda y Potente
Curiosidades: El director se vio en la necesidad de cortar una hora de metraje debido a las presiones del estudio para hacer más accesible la cinta, de dos horas y media, quedo en una hora y media de duración.
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