ARGO

Quien iba a pensar que Ben Affleck, aquel actor que no pasaba de ser el co-guionista de “Good Will Hunting” junto a Matt Damon, aquel que era considerado el amigo tonto del dúo Damon-Affleck, aquel que era considerado un actor mediocre y con muchas limitantes, fuera a convertirse en un gran director; sólido, maduro y con un estilo propio.

 

Les guste o no, es un hecho que Affleck es un buen director, es un hecho que su verdadero talento reside tras la cámara y no precisamente delante de ella, aunque la verdad ha ido mejorando sus actuaciones con los años, incluso en esta su tercera película dirigida, se guarda un papel que interpreta de buena manera, redondeando su estatus de artista completo y callando muchas bocas.

 

En el año 2007 debutó con la película “Gone Baby Gone”, un Thriller policíaco basado en la novela de Dennis Lehane, el mismo autor de “Mistyc River” y “Shutter Island”, en su debut se notaron buenas hechuras, sorprendió a propios y extraños con un relato crudo y adusto sobre la desaparición de una niña que cimbra a una comunidad en la ciudad de Boston, pero en aquella ocasión sus detractores hablaron de un golpe de suerte, incluso se dijo que mucho del éxito de la cinta se debía a la estupenda historia basada en el relato de Lehane, a pesar de que el guión adaptado era precisamente de Affleck.

 

Para el año 2010 volvió a sorprender con su siguiente film dirigido; “The Town”, otro Thriller policíaco, esta vez ambientado en el mundillo de los asaltantes de bancos, para sorpresa de algunos y beneplácito de otros, esta resulto ser igual o mejor que la anterior, en este, su siguiente film, se notó un estilo propio, un gran pulso como director, y sobre todo, que sabía dirigir a la perfección grandes ensambles de actores famosos, en esta ocasión se cedió un papel dentro de la historia y no desentono en lo absoluto, estábamos ante un prospecto muy interesante de creador, y esta vez no parecía ser un golpe de suerte.

 

Para “Argo”, su tercera cinta como director, contó con la bendición y el apadrinamiento de George Clooney, quien en un principio iba a dirigir el film y al final solo quedo como productor, y nos relata la historia de un misión muy peculiar de la CIA que se llevó a cabo durante finales de los años setentas y principios de los años ochenta, una misión que ni al mejor guionista de Hollywood se le hubiera ocurrido, dando por sentado, que la realidad supera la ficción.

 

La historia nos cuenta cómo el 4 de noviembre de 1979, mientras la revolución iraní alcanzaba su punto más crítico, algunos militantes irrumpieron en la embajada de Estados Unidos en Teherán y tomaron cincuenta y dos prisioneros estadounidenses. Sin embargo, en mitad del caos, seis de ellos lograron escapar y encontraron refugio en casa del embajador canadiense. Sabiendo que era solo cuestión de tiempo que los encontraran y, muy probablemente, los mataran, un especialista de la CIA en operaciones especiales llamado Tony Méndez (Ben Affleck) inventó un arriesgado plan para sacarlos del país. Un plan tan increíble que inmiscuía a Hollywood, productores de cine de la vieja guardia, maquillistas, a la CIA y, en especial, al ficticio crew de una cinta de ciencia ficción, en el estilo de “Star Wars”, “Dunas” y “Flash Gordon”.

 

Una de las mayores virtudes de este film, además del virtuosismo con la que esta dirigida, es su diseño de producción, realmente parece que estamos viendo una película de los años setentas; los vestuarios, las locaciones, los decorados, los peinados, todo nos remite a esa época, en ocasiones pareciera que estamos contemplando una vieja cinta de la desaparecida productora Cannon (responsable de títulos como “Delta Force”, “Ninja Americano”, “El Vengador Anónimo”, “Prisioneros de Guerra” y un largo etcétera de cine B) y en la mejor tradición del cine de espías de aquellos años esta cinta se complementa con grandes actuaciones; sobresaliendo Alan Arkin como el viejo productor de Hollywood, John Goodman como el maquillista amigo de Méndez y el mismo Affleck que con su clásico gesto de inexpresividad le da realce a su actuación.

 

Por momentos también nos recuerda la cinta “Munich” de Steven Spielberg, pero la gran diferencia entre ambas, es el humor con el que cuenta el film de Ben Affleck, es en toda la regla; un Thriller disfrazado de comedia negra ó, mejor aún; una sátira disfrazada de cine de espías y escapes imposibles, cargada de cariño hacia el oficio de contar historias increíbles y excitantes, esto esta clarísimo en toda la parte que se desarrolla en Hollywood, cuando se esta elucubrando el plan maestro para rescatar a esos rehenes y cuando la maquinaria hollywoodense entra a escena, aquí el director hace gala de su conocimiento y su amor hacía el séptimo arte.

 

El comienzo de la cinta es poderoso e impactante, con un estilo de documental que pone a la audiencia en terreno conocido, y su parte final es un ejemplo de tensión bien manejada, una clase de edición y de un manejo ejemplar de la cámara y el elenco. Guardando aún las comparaciones, Affleck es sin duda un digno heredero al mejor Clint Eastwood como director, ambos comparten una sensibilidad clara y nata, un manejo de la cámara magistral y una maduración en temas digna de un maestro de cine.

 

En conclusión; una de las mejores películas del año, sin duda en mí Top 5 personal del 2012, una cinta amena, divertida y que además maneja una tensión increíble, no por nada ha recaudado más de 100 millones de dólares en el mundo, algo que una película de este tipo (Thriller enfocado más al público adulto y pensante) es muy difícil de hacer, es el tipo de cinta que después de verla siempre la recordaras.

 

Titulo Oiginal: Argo

 

Director: Ben Affleck

 

Actores: Ben Affleck, John Goodman, Alan Arkin, Bryan Cranston

 

Calificación: 9

 

En 2 Palabras: interesante y emocionante

 

Curiosidades: El personaje de Ben Affleck usa una barba tupida, al igual que la que usaba Chuck Norris en las celebres cintas; “Delta Force”, en ambas películas los personajes principales liberaban rehenes americanos de las garras de extremistas islámicos, aunque ambas son diametralmente opuestas en ritmo y tono.

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