sábado, 15 de febrero de 2020

EL PARTICULAR ESTILO DE BONG JOON-HO




El cine asiático es uno de los más competentes en el mundo actual, grandes películas nos han llegado del oriente, algunas de ellas incluso se han vuelto remakes gringos, "Los Infiltrados" (remake de la china Infernal Affairs de Andrew Lau) es uno de los que pasaron la prueba y se ganaron su lugar propio. "Oldboy" (remake de la homónima coreana de Park Chan-wook) es uno de estos proyectos que no contó con la misma suerte y más bien resultó un fracaso, pero el caso es que ambas son ejemplos claros de que en Asía se están haciendo proyectos muy interesantes que todo el mundo voltea a ver.

Hace ya más de una década la industria de Hollywood volteo sus ojos a Oriente para remarkear muchas de sus películas de terror, el furor del J-Horror fue la consecuencia de esto, pero no solo cintas de horror se producían en los países asiáticos. 

Otros grandes directores se consolidaron la década pasada, los mejores y claros referentes de esto son; Kim Ki-duk (Las Estaciones de la Vida, 2003), Wong Kar-Wai (Deseando Amar, 2000), Takashi Miike (Ichi the Killer, 2001) y Park Chan-wook (Sympathy for Lady Vengeance, 2005). Todos ellos con grandes cintas reconocidas a nivel mundial.

Pero con el paso de los años se han ido consolidado otros grandes directores de por esos lares, siendo Corea del Sur uno de los países que mas han arrojado creadores por demás interesantes, algunos de ellos; Kim Jee-won (I Saw the Devil, 2010), Na Hong-jin (The Wailing, 2016) y Bong Joon-ho (The Host, 2006), siendo este último uno de los más interesantes, impredecibles y capaces de toda esta camada.

En fechas recientes Bong Joon-ho ha sido etiquetado como: “el Spielberg asiático”, comparación un poco injusta si tomamos en cuenta que la carrera de ambos es diametralmente opuesta, sobre todo por que el coreano tiene cintas más bien pesimistas, contra la esperanza que siempre retrata Spielberg. Pero sobre todo, por que el asiático es un experto en combinar géneros y tonos en sus proyectos de manera magistral, mientras Steven siempre ha sido más disciplinado con la estructura de sus historias.

Fue en el año 2000 cuando gracias al festival de San Sebastián se dio a conocer con la curiosa cinta "Barking Dogs Never Bite", una comedia surrealista, nada parecida a ninguna otra, en la que por primera vez el director daba muestra de su gran capacidad para combinar géneros y realizar historias en lugares llenos de gente y donde pasan muchas cosas, aquí dirigía a Doona Bae (reconocida recientemente por ser una de las protagonistas de la serie Sense 8) y con quien volvería a trabajar en "The Host".

Pero fue en el 2003 cuando comenzó a llamar la atención de crítica y público a nivel mundial. Con su cinta "Memories of Murder" se consolido como un director a seguir, además aquí significaría la primera ocasión en la que dirigiría a uno de sus actores fetiche; el gran Song Kang-ho (quien también ha realizado grandes trabajos juntos a Park Chan-wook). Una vez más la mezcla de géneros perfecta haría su acto de presencia, en esta ocasión mezclando el cine negro y de investigaciones con la comedia más absurda posible, el filme es una especie de "Zodiaco" (David Fincher, 2006) que se desvía para mostrar la ineficiencia y torpeza de toda una fuerza policiaca, el resultado es una película inclasificable pero imprescindible, no por nada esta considerado como uno de los mejores filmes coreanos de los últimos veinte años.

La consolidación total se dio con "The Host" en el 2006, una de las cintas de monstruos más humanas que existen, y probablemente uno de sus mejores trabajos a la fecha, al grado de que al día de hoy se considera un clásico de culto. Una vez más de bajo de la fachada de un filme de catástrofes con monstruo gigante incluido, el director esconde un coctel de géneros estupendamente mezclados y homogenizados para el deleite de los espectadores que pasan de la comedia a la emoción y la aventura, de un fotograma a otro. La marca del director para este trabajo ya era identificable a todas luces; simpatía por personajes marginados, autoridades incompetentes y el ascenso de lo más oscuro de cada ser humano en ciertas situaciones límites. Por si fuera poco, aquí demostró una puesta en escena brillante y que además puede ser visualmente deslumbrante si el proyecto lo requiere.

Para el 2009 realizaría la que en lo personal considero la mejor de sus películas hasta ahorita; "Mother". Un drama con tintes de thriller y algunos atisbos de humor negro, donde una vez más su particular estilo se pondría al servicio de una obra que merece todos los elogios posibles. Sin duda es su trabajo más serio y oscuro, pero también es en el que sin duda pulió todo lo que ya venía demostrando en sus anteriores proyectos. Otra de sus grandes virtudes aquí quedaría demostrada; su gran capacidad para dirigir actores y sacarles lo mejor, el filme no sería el mismo sin la desgarradora interpretación de Kim Hye-ja.

Con solo cuatro películas en su haber en su país natal, era solo cuestión de tiempo para que Hollywood lo atrajera, fue en el 2013 cuando el coreano decidió emigrar al cine norteamericano. Al igual que sus compatriotas Park Chan-wook y Kim Jee-won, decidió aportar su particular visión a una industria que suele corromper grandes talentos extranjeros (algunos de los casos más recientes y alarmantes para ejemplificar esto son los de Olivier Hirschbiegel y Florian Henckel von Donnersmarck).

De sus compatriotas solo Park Chan-wook logró mantenerse fiel a su estilo con su debut anglosajón en "Stoker" (2013). Por el otro lado Kim Jee-won realizó un filme mucho más alejado de sus thrillers coreanos y al contrario debutó con un vehículo para el lucimiento de Arnold Schwarzenegger en su era post gubernatura; "The Last Stand" (2013), que aunque es un competente filme de acción, no tiene nada que ver con su obra asiática.

Al igual que Park, Bong Joon-ho también debutó siendo fiel a su estilo; "Snowpiercer" significó una de las mejores películas de su año de estreno y una vez más deslumbro con una historia de personajes marginados en una lucha de clases que se da en el claustrofóbico espacio de un tren bala, géneros entre mezclados y por primera vez un cast internacional al que el coreano le saca todo el jugo posible, haciendo incluso que el Capitán América (Chris Evans) demostrara que sabe actuar.

El surcoreano demostró que su talento puede ser utilizado en cualquier parte del mundo y con su primera incursión en inglés también comprobó que la calidad no esta peleada con el espectáculo, sin duda dio muestra de que es hoy por hoy es uno de los directores más competentes en el panorama actual, con un estilo propio muy identificable y que por si fuera poco es entretenido y deslumbrante cuando debe serlo.

Actualmente gracias a la plataforma de Netflix podemos ver su nueva película; "Okja", en la que una vez más se apoya de un brillante cast internacional en el que destacan interpretes consolidados como Jake Gyllenhaal y Tilda Swinton, además debuta a una sorprendente Ahn Seo Hyun.

En esta ocasión el director ha dividido a la crítica por primera vez, aunque son más los buenos comentarios a su alrededor. Una vez más entrega una epopeya que deambula entre varios géneros, aunque en esta ocasión lo hace con una cinta un poco más amable, aunque no por eso menos desgarradora por momentos, una vez más juega con las emociones del público y como si de una montaña rusa se tratara prepara un viaje que no dejará indiferente a nadie.

Mientras Bong Joon-ho siga imprimiendo su visión sin la intromisión de estudios o productores mercenarios, sin duda seguiremos disfrutando de uno de los mejores directores del nuevo milenio.

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