jueves, 29 de mayo de 2014

THE HATEFUL EIGHT EL GUIÓN FILTRADO DE TARANTINO

Como ya muchos saben, Quentin Tarantino había informado que su siguiente película sería otro western, su nombre; The Hateful Eight, todo parecía ir en orden, incluso se anunció que Quentin ya había entablado algunas conversaciones muy informales con sus posibles protagonistas, entre los que destacaba Christoph Waltz, en la que sería su tercera participación juntos.
 
 Pero todo cambio cuando Tarantino anunció muy molesto que habían filtrado su guión (algo que es común con sus guiones, pero nunca había sucedido antes de comenzar la producción del filme) y que además había sido victima de una traición, pues la filtración ocurrió por la vía de alguno de sus actores, los señalados y sospechosos fueron Michael Madsen, Bruce Dern ó Tim Roth, después se supo que fue el agente de alguno de estos el que lo subió a Internet.
 
Este hecho orilló al director a cancelar el proyecto, argumentando que ya no sentía la emoción suficiente para filmarla debido al robo del que fue objeto, de esa manera, el guión adquirió el estatus de culto casi inmediatamente, y quienes tuvieron la fortuna de bajarlo antes de que lo sacaran de la red tendrían en sus manos un documento casi, casi, histórico; el guión que jamás sería película de Quentin Tarantino.
 
Hace un par de semanas Tarantino organizó una lectura en un teatro de Los Ángeles interpretada por muchos de los actores que el director tenía en mente, tal es el caso de Samuel L. Jackson (Pulp Fiction), Tim Roth (Perros de Reserva), Michael Madsen (Perros de Reserva), Kurt Russell (Death Proof), Bruce Dern (Django Desencadenado), Amber Tamblyn (Django Desencadenado), Walton Googins (Django Desencadenado), James Parks (Death Prof.), Zoe Bell (Death Proof) y James Remar (Django Desencadenado), si se fijan, todos ellos han trabajado con anterioridad con Quentin, lo que hacía más factible su participación, a la lectura no asistió Christoph Waltz pero seguramente fue por problemas de agenda, ya que su incursión en el filme estaba más que cantada.
 
Tengo la fortuna de haber leído el guión y tenerlo en mí ordenador, y les puedo decir que es extraordinario, es una vuelta a los inicios de Quentin, tiene un tono más cercano a Perros de Reserva que a cualquiera otra de sus cintas, solo que ambientada en las montañas de Wyoming unos años después del final de la Guerra Civil estadounidense, es una historia más simple y sencilla que sus últimas dos obras maestras; Inglourious Basterds y Django Desencadenado, pues ahora solo son un puñado de personajes puramente tarantinescos encerrados en un viejo hotel durante una tormenta de nieve.
 
El guión, al igual que en Inglorious Basterds está dividido en cinco capítulos; “Last Stage to Red Rock”, “Son of A Gun”, “Minnie’s”, “The Four Passengers” y “Black Night, White Hell”, y comienza con la presentación del caza recompensas John Ruth (Kurt Russell), al que llaman “The Hangman” debido a que siempre entrega a sus fugitivos para que los cuelguen, jamás los mata, que transporta en su diligencia, conducida por un chofer llamado O.B. (James Parks), a una prisionera de nombre Daisy Domergue (Amber Tamblyn) para que sea ahorcada en el pueblo de Red Rock. Por el camino se encuentran con otro caza recompensas; el Mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo general de la Unión que acaba de perder su caballo.
 
Posteriormente se les une otro viajero, Chris Mannix (Walton Goggins), un antiguo soldado confederado que asegura ser el sheriff de Red Rock y que tiene cierta actitud racista, juntos acaban en un pequeño hotel para refugiarse de una fuerte tormenta de nieve que se avecina. Pero en lugar de encontrarse con los dueños del establecimiento, se encuentran con un extravagante grupo conformado por cuatro hombres: el cruel general confederado Smithers (Bruce Dern), un inglés de nombre Oswaldo Mobray (Tim Roth), un francés llamado Bob (Christoph Waltz) y un cowboy llamado Joe Gage (Michael Madsen).
 
La trama es una olla a presión durante casi todo su desarrollo, es como si Agatha Christie hubiera escrito un western, la elección de encerrar a estos nueve personajes en cuatro paredes es de lo más emocionante, pues todos tienen algo que temer de los demás, todos tienen un secreto y dobles intenciones, algunos son paranoicos, otros son enemigos naturales al pertenecer a los dos bandos de la guerra civil, el racismo también sale a flote y un psicópata envenenando al grupo son solo algunas de las delicias del guión, al ser una película de Tarantino, es evidente que los ingredientes marca de la casa están presentes: violencia, flashbacks, conversaciones tarantinescas, pistolas, cuchillos e incluso felaciones de mal gusto.
 
Es una historia coral, donde varios personajes tienen su ocasión para lucirse, aunque siendo estrictos, quienes llevan las riendas de la trama son Samuel L. Jackson y Kurt Russell, el papel más desaprovechado en mí opinión sería el de Christoph Waltz, que salvo uno ó dos diálogos ingeniosos no aporta demasiado al conjunto.
 
Finalmente hay una luz en el camino, pues Tarantino dijo el día de la lectura en el teatro que pronto tendrá un tercer draft del guión donde cambiará situaciones y sobre todo, su final, para que todos los que lo hayamos leído nos encontremos con algo diferente, esto es esperanzador ya que quiere decir que tal vez cuando menos nos lo esperemos, el maestro retome las riendas de este interesante proyecto.
 
Curiosidades: El guión esta lleno de referencias; los personajes fuman cigarros Red Apple, que es la marca inventada por Quentin para todas sus cintas, en la descripción de los personajes se hace referencia a actores como Lee Van Cleef y Lee Marvin, en un diálogo el personaje Joe Gage dice la línea: “A Basterds work is never done”, que fue el slogan del film Inglourious Basterds.

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