sábado, 13 de febrero de 2010

INVICTUS

Antes de comenzar, tengo que decir que soy abiertamente fan de la obra de Clint Eastwood, no solo como director, fama y prestigio que se ha consolidado en los últimos años, si no como actor también, soy gran fan de sus westerns y de sus cintas policíacas, sus personajes de Harry Callahan, alias Harry “El Sucio”, y “El Hombre sin Nombre” en las cintas de Sergio Leone, son de mis deleites cinematográficos personales, creo que este hombre es de las últimas grandes leyendas del cine que quedan vivos. Lo considero un artista sensible, talentoso y muy honesto con su aspecto personal y profesional, así como con su obra.

Cada año Eastwood nos entrega una o dos obras maestras, así lo ha hecho por los últimos 5 años aproximadamente, antes de eso sus obras; “Los Imperdonables” (1992) y “Un Mundo Perfecto” (1993) anunciaban al prominente director que era, pues bien, este año su aportación al mundo del cine es “Invictus”, una cinta que narra como Nelson Mandela con ayuda del capitán del equipo nacional de rugby Francois Pienaar pudo unificar una nación.

En esta ocasión Clint Eastwood se olvida un poco de los dramas pesados que le caracterizan, ahora aborda una historia más optimista y amable, aunque dotada de la humanidad que siempre le imprime a su obra. Después de su impresionante éxito con “Million Dolar Baby” (2006), vuelve una vez más a tomar una premisa que gira alrededor de una historia deportiva, en aquella ocasión lo hizo con el box, ahora lo hace con un deporte mucho más desconocido en este lado del charco; el rugby.

Esta es la inspiradora historia de cómo Nelson Mandela (Morgan Freeman) suma fuerzas con el capitán del equipo de rugby de Sudáfrica (Matt Damon) para ayudar y unir a su país. El Presidente Mandela, recién elegido, sabe que su país se mantiene racial y económicamente dividido por el despertar del Apartheid. Creyendo que puede juntar a su gente a través del lenguaje universal del deporte, Mandela reúne al desamparado equipo de rugby de Sudáfrica mientras tienen una insólita participación en la Copa del Mundo de 1995 que los lleva al partido de campeonato.

La premisa es como la de cualquier cinta deportiva inspiradora, ya sea de fútbol americano, béisbol ó box, si bien es cierto esta cinta ronda esos terrenos, pero con un director como Clint Eastwood tras las cámaras adquiere otro nivel, ese otro nivel radica principalmente en el aspecto político que enmarca la historia, debo aclarar que si uno como espectador ignora todo el trasfondo socio político que se encuentra entre líneas, difícilmente podrá dimensionar la grandeza de los eventos que se nos relatan, ahora bien, esto no significa que si no se conocen los eventos históricos que se retratan uno no entenderá la película, para nada, se puede entender a la perfección y claro que puede gustar, pero no deja de ser una cinta deportiva inspiradora, pero si se conoce un poco la historia que esta detrás seguramente adquiere otra dimensión.

Eastwood no persigue detallarnos la vida personal y política del mandatario Nelson Mandela, le basta con esbozarla para así poder centrarse en aquello que en realidad le interesa narrar, lo que le interesa narrar tampoco es el glorioso juego de campeonato que la selección nacional de rugby de Sudáfrica llevó a cabo en 1995, le interesa narrar la unificación de un país, la esperanza, la humanidad, la indulgencia y la reconciliación que vienen después de un periodo histórico difícil.

Desgraciadamente esta no es para nada la mejor película de Eastwood, pero aún la peor cinta de Clint Eastwood es mucho mejor que cualquier otra obra mediana que abunda en la cinematografía mundial, aquí adolece de un metraje que se torna un poco largo, el partido final se prolonga más de lo debido, tal vez hay algunos planos que sobren y en mi particular punto de vista, su principal error radica en que el director supone que el público ya conoce todos los terribles aspectos relacionados con el apartheid, lo cual no es tan probable, como ya dije, si se conocen estos eventos es una historia poderosa y muy vibrante, si se desconocen pierde fuerza y se convierte en una más.

Las actuaciones, como en casi todas las obras de Eastwood, son soberbias; Morgan Freeman esta enorme en el papel de Nelson Mandela, en verdad que nació para interpretar ese papel, su actuación esta mimetizada con el verdadero mandatario, y en el otro lado Matt Damon esta muy notable, su personaje no da tanto en la historia, ya que el protagonista absoluto es Mandela, pero los momentos que esta en pantalla los sabe llevar de insuperable manera, su manejo del difícil acento sudafricano es remarcable, ambas nominaciones al oscar son más que merecidas y acertadas.

En conclusión, “Invictus” es una competente película que nos cuenta una historia esperanzadora y que llega al corazón, el director cambia un poco su registro solemne y devastador de obras pasadas y le da paso a una premisa más amable, pero que aún así nos regala una elegante puesta en escena en la que no faltan esos pequeños detalles que evidencian que nos hallamos ante un sólido narrador.

Calificación: 8.5

En Dos Palabras: Esperanzadora y Amable

Curiosidades: Clint Eastwood se encuentra actualmente dirigiendo una cinta de suspenso paranormal que lleva por nombre “Hereafter”, el rol principal recae en Matt Damon, quien repite con Eastwwod tras esta cinta, este año Clint Eastwood cumple 80 años y sigue más activo que nunca.


TWITTER: @FdoSantoyoTello

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