FURY

David Ayer, uno de los guionistas más exitosos de Hollywood en los últimos tiempos, dio el salto a la silla de dirección hace no mucho, entre sus guiones más importantes destacan los de: Rápido y Furioso (Rob Cohen, 2001), Día de Entrenamiento (Antoine Fuqua, 2001) y S.W.A.T (Clark Johnson, 2003), y entre sus películas más importantes como director destacan; Reyes de la Calle (2008), End of Watch (2012) y Sabotage (2014). Ya en la cinta de End of Watch demostraba un gran pulso como director y que además sabe dirigir actores exprimiéndoles grandes interpretaciones, tal vez fue por ese filme que agarró la confianza necesaria para abandonar el género policiaco y filmar un nuevo capitulo sobre la segunda guerra mundial.

 

Relatos sobre la segunda guerra mundial hay muchos, si somos sinceros ya casi todo esta contado en ese rubro, pero lo que puede destacar a una trama de este periodo de la historia puede ser su elenco, pasando por la emoción ó el ritmo con el que se cuente la historia, el drama esta por sentado tratándose de esa época, así que con algunos ingredientes como estos se puede tener un buen proyecto entre manos, la nueva cinta de Brad Pitt a las ordenes de David Ayer tiene estas y otras buenas virtudes.

 

Abril de 1945. Al mando del veterano sargento Don “Wardaddy” Colllier (Brad Pitt), un pelotón de cinco soldados americanos a bordo de un tanque llamado: “Fury”, debe luchar contra un ejército nazi numeroso y con ganas de matar americanos, ya que para esas fechas los alemanes sabían que su derrota era más que evidente, de ahí que aguantar la posición es de suma importancia para los tripulantes del Fury.

 

Primero hay que dejar claro que esta no es una película que vaya a pasar a la historia como el mejor relato de la segunda guerra mundial, no es tan profunda ni visceral como los grandes clásicos ambientados en esta época, pero lo que si es que es probablemente una de las más entretenidas y emocionantes, lastima que su guión no sea más potente y redondo, por que entonces si estaríamos hablando de todo un clásico. Además tiene el plus de ser una historia sobre tanques de guerra, algo que le da cierta originalidad, la última vez que vi esto fue en The Beast of War (Kevin Reynolds, 1988) hace ya varios ayeres.

 

En el plano visual Ayer se contiene más que en sus anteriores cintas y deja de lado los encuadres frenéticos para darle paso a la contemplación, y deja que la fotografía a cargo de Roman Vasyanov haga su trabajo con planos largos y crudos, tratando de mostrar la violencia habitual de la guerra, en ese aspecto el filme funciona, por que no tiene concesiones y por momentos muestra a humanos y no a héroes como suele pasar en este tipo de cine, las actuaciones son un buen complemento, destacando, aunque no lo crean; Shia LaBeouf, al igual que John Bernthal y Michael Peña. Con Brad Pitt yo tuve un problema constante durante todo el metraje, y es que no pude quitarme de la cabeza su personaje de Aldo Raine en Inglourious Basterds (Quentin Tarantino, 2009), llámenme quisquilloso si quieren, pero hace prácticamente el mismo papel.

 

En conclusión, es un film con un gran ritmo, una edición solvente, buena fotografía, actuaciones superiores a las estándares, dirección competente, acción, tensión, suspenso, a esta altura se estarán preguntando; ¿entonces que tiene de malo?, pues su guión, que por momentos es demasiado acartonado y tramposo, pero quitando este detalle, es una película que cumple a la perfección la misión de entretener, por cierto, ¿a quién en su sano juicio se le ocurrió que era buena idea diferenciar el fuego de los tanques con rayos laceres, de color verde para los alemanes, y rojo para los americanos?, de verdad esto le resta puntos de credibilidad, así como su conveniente final, pero bueno, sin duda hay que agradecer que intenta demostrar que ni los buenos son tan buenos, ni los malos tan malos, y que trata de ser un relato crudo y trascendente, aunque se haya quedado cerca por muy poco.

 

Curiosidades: Esta es la primera película en la historia que se filma con un verdadero Tanque Tiger, se usó el único en su especie que funciona completamente. Shia LaBeouf se tiro un diente y se corto con un cuchillo la cara para darle más realismo a su personaje, además de que no se bañó durante todo el rodaje argumentando que los soldados pasaban días sin bañarse.

 

TWITTER: @FdoSantoyoTello